ELOGIO A LUIS RAMÓN NAVALÓN MARCOS (1962-2019)
(Moro Nuevo, Jenízaro, Albóndiga, costalero de la Patrona, diseñador aficionado festero, versado musicólogo de las Fiestas de Moros y Cristianos...).
Hablar de Luis Ramón Navalón Marcos es referirse a todo lo indicado y mucho más (a la cofradía de la Hermandad “la Virgen de la Esperanza”; a la afición a la pesca; al fútbol –como jugador: Villena Juvenil, 1975-77, portero reserva Villena 3ª División, como socio Peña villenera del Athletic Club de Bilbao, simpatizante del R. Madrid–; a las artes marciales –el judo– en sus años mozos; a su profesión –regente de la Administración de Loterías “El Tesoro”–, anteriormente “Papelería Navalón”, al seguir la tradición familiar, como su hermana Mati; a sus características humanas –con sus virtudes y sus defectos, como cualquier persona–: como esposo –Mª Carmen Camarasa–, como padre –Jorge–, como hijo –Amparito–, como hermano –Mati–, como primo hermano, como amigo, como compañero, como ciudadano, etc.) y en cualquier caso siempre habría de destacarse su dinamismo, sus ansias de vivir y, sobre todo, su maravilloso “don de gentes”, tanto a nivel personal, como en el profesional, que se hacía de notar para hacer grata la velada o cualquier tema o cuestión que se trataba.
A continuación, se ha considerado oportuno subrayar los aspectos de Luis Ramón relacionados con el mundo festero, que tanto disfrutó e hizo disfrutar a los/las que tuvimos la dicha de compartir sus vivencias y sus experiencias festeras.
L.R. MORO NUEVO.-
Su trayectoria, como Moro Nuevo, comenzó –como él mismo reconocía en su artículo, extraído de la Revista de los Cabos de Villena 1991, 10 Aniversario– de forma un tanto tardía, fue en el año 1976, por los recuerdos e influencia del que subscribe –había salido en la carroza, con cinco años–, que nos inscribieron nuestras madres –eran hermanas–, el año anterior como Moros Nuevos de pleno derecho, cuando se dio el salto “del asiento de la Corredera a formar parte de la Comparsa” (que desde ese momento hasta ahora –29 de junio de 2019, que te perdimos de forma tan temprana e inesperada– formó parte de tu ser, como persona y/o como festero). Apuntarse fue el “pistoletazo de salida” para afianzarse, cada vez más, en lo que surgiese en la Asociación –ante todo, como cabo oficial de la Comparsa que, años después, 1984, debería dejar, con gran pena, al formar parte de la Escuadra de Jenízaros, y no poder compatibilizar ambos aspectos–. También, fue una gran satisfacción personal el ver cómo en el año 2002 su hijo Jorge salía como capitán infantil y, además, en años sucesivos, probaba como cabo de la Comparsa, con estilo e impronta como su padre.
L.R. JENÍZARO
A mediados de la década de 1980, cuando coincidimos, por mediación de nuestro mutuo amigo Santi, el de “Villena Cuéntame”, que entonces era Moro Nuevo, en la misma fila de la Comparsa, siendo la diferencia de edad ningún impedimento para proseguir una trayectoria festera constante y continua. Aquello, incluso, fue el origen de la “Escuadra de Jenízaros” (precisamente este año 2019, se conmemora el 25 Aniversario, y la ilusión que tenía era tan grande, que aún cuando le llevaba a la “Marmita” (a la sede jenízara) le entusiasmaban todos los preparativos y el apoyo y el cariño de nuestros amigos, los Jenízaros, a pesar de que –en ocasiones–, decía: “No sé si llegaré, pero si no es así, que salga mi hijo en mi lugar”). Como ocurría cuando se vestía de Moro Nuevo –también la ilusión le embargaba–, el hacerlo de Jenízaro (solamente los días 5 y 6, los años pares, establecido en los Estatutos de la Escuadra y/o de la Comparsa), desde el primer desfile oficial, año 1994, aunque su preparación y puesta a punto fuese elaborada y trabajada los años anteriores, donde –de nuevo– dejó muestra de su “don de gentes” por su relación con los gerentes de la Jaima y con el diseñador Juan Flor Azorín.
L.R. ALBÓNDIGA
Fue el año 1985, fecha que consta como fundación de esta peña (en su origen, “piña”) de la Comparsa de Estudiantes, de la que formábamos parte una serie de amigos no estudiantes (Pascual, Realista (q.e.p.d, –año 1990-), Santi, Luis Ramón y yo), con un colectivo que era de la Comparsa “enemiga”, como nos decían los que se enteraban de la asociación, que cada año –durante más de una década–, de forma casi ininterrumpida, nos dedicamos a salir en las retretas, cada 7 de septiembre, y como él mismo reseñó, el año 2010, en “Villena Cuéntame”: “¡Qué buena Peña y qué buenos amigos!”. Estas palabras manifestaban lo que sentía por todos ellos y lo que significaban en su vida, festera y/o personal.
L.R. COSTALERO DE LA PATRONA
Desde el momento que le comentaron la posibilidad de ser “costalero” de la Patrona, Nuestra Señora de las Virtudes, la “Morenica”, el día 8, de cada año, en la solemne Procesión de nuestras Fiestas de Moros y Cristianos, no dudó ni un momento en aceptarlo. Y así fue durante años, hasta que físicamente su cuerpo y el médico aconsejaron no proseguir con dicha ilusión y empeño, que tan gratamente llevaba a cabo en la fecha tan señalada. Posteriormente, le sustituyó, con dedicación y compromiso, como en tantas cosas, su hijo Jorge –además de ser maestro de Primaria–, fue –por las circunstancias de la vida– aprendiendo de él, tanto de lo vinculado al mundo festero, como a lo personal y/o profesional.
L.R. DISEÑADOR AFICIONADO FESTERO
Una faceta festera, poco o nada conocida, de Luis Ramón era su afición al diseño gráfico, de anagramas, concretamente el boceto, no elegido, de la propia Escuadra.
Se atrevió a participar en la presentación de diseños para seleccionar el traje oficial de Mora Nueva, a pesar de saber que las posibilidades de éxito eran escasas. Y, posteriormente, diseñó un traje a una fila o escuadra de la Comparsa de Maseros que, con gran alegría y satisfacción personal, vio cómo desfilaban con su diseño en nuestras Fiestas de Septiembre. De forma incansable, en ocasiones rediseñaba (ejemplo: año 2016) algún boceto de traje oficial de la Escuadra para presentarlo a la Junta Central de Fiestas o para adelantar su presentación extraoficial, en la sede de los Jenízaros.
L.R. MUSICÓLOGO DE LAS FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS
Otra característica, oculta o solapada, era su facilidad para desfilar, llevar el ritmo y seguir la música, sobre todo festera, que servía para poder desfilar. Era algo muy extendido, entre sus amistades y conocidos, que si había alguna duda de cuál era la composición musical, que en ese momento se entonaba o tocaba, Luis Ramón la decía al instante, con todo tipo de detalles, como si fuera un estudioso de la música festera. Era otra cualidad más, a destacar, del amplio abanico de peculiaridades, sin hacer referencia a otras muchas, que se pueden destacar de la persona, natural y espontánea, que era Luis Ramón.
Llegado este momento, solo puedo rezar por ti y pedir al Señor y a nuestra Patrona, que te hayan recibido con los brazos abiertos y que les cuentes, como tú eras, unos chascarrillos, que tanto te gustaban, de las Fiestas de nuestra ciudad.
A mi primo, a mi hermano, Luis Ramón (¡Qué solos estamos sin ti!). “Que Dios te bendiga y brille para ti la luz perpetua”.
Paco Hernández Marcos